El estudio de la materia es casi tan antiguo como la
sociedad, desde tiempos inmemoriales el ser humano se ha preguntado: ¿Qué es la
materia? ¿Cómo es su naturaleza? y ¿Cómo se comporta? en algunos casos se
lograron responder estas preguntas mediante la observación y experimentación de
forma consciente y real, mientras que en otros casos, respondían estas
preguntas mediante las supersticiones y creencias religiosas, persistiendo este
modo de pensar por mucho tiempo y generando confusión y contradicciones.
El concepto de continuidad y discontinuidad de la materia
aparece en las culturas egipcia, babilonia y principalmente griega; los
babilonios y egipcios le atribuían a los astros (luna y sol), y los opuestos
(bueno, malo, hembra macho, luz, oscuridad, etc.) todos los fenómenos que
contribuían a la formación y la naturaleza de la materia, definiéndola e
interpretándola como si fuera eterna, e indivisible; llegando a conclusiones de
que todo en cuanto a materia se refiere estaba en armonía si unos seres
superiores malos y buenos así lo querían, esto permitió dar los primeros
indicios sobre la interpretación de la materia varios siglos antes de Cristo,
dándole una gran importancia a esta práctica que después se trasformó en
ciencia.
Mientras tanto en Grecia, esta práctica de observar y
explicar la materia, era más para los filósofos que para los científicos,
aquellos solían llegar a conclusiones mediante el uso de la lógica, apartándose
así un poco de la superstición y las doctrinas de aquel entonces. Muchos de
aquellos filósofos le atribuían una naturaleza de discontinuidad a la materia,
como por ejemplo Demócrito, que pensaba
en la materia compuesta por un todo llamado átomo y que esté a su vez era indivisible, de ahí
que se creyera que la materia llegaba a dividirse hasta el átomo y no poder
seguir más, de ahí el nombre griego de átomo “indivisible”; por otra parte
algunos filósofos como Aristóteles discrepaban en cuanto a la discontinuidad de
la materia, y le atribuían una continuidad dada hacía el infinito divisible, no
obstante, Demócrito fue un punto de partida para muchos. Gracias a las
especulaciones de filósofos como Demócrito con respecto a la materia, se
arraigó la postura de innegabilidad a la discontinuidad de la materia que perduró
por casi 2000 años, hasta qué, con científicos posteriores se demostró su
continuidad, tal como lo había postulado Aristóteles.
Con el transcurso del tiempo hasta el siglo XIX y gracias a
algunas disciplinas, entre ellas: la iatroquímica y la alquimia, también a
químicos y físicos como: Lavoisier, John Dalton, Rutherford y hasta Isaac
Newton; se magnifico y se impuso una nueva forma de ver y de interpretar la
materia en cuanto a continuidad, derribaron y acabaron con las conclusiones
expuestas por Demócrito que perduraron por casi 2000 años, y se consolidó y
arraigó la conclusión de que la materia es continua, qué aún hoy en día se
mantiene y acepta tal conclusión.
De esta manera, la importancia de identificar la continuidad
o discontinuidad de la materia radica, en qué; para para poder llegar,
desarrollar, estudiar, analizar, observar, concluir, etc.; sobre ciencia en
especial química, es menester saber y tener claro que la materia es, “grosso
modo” todo cuanto nos rodea y que sin brindar la importancia y conocer la
continuidad y discontinuidad de la materia estamos llegando implícitamente a
descubrir y realizar prácticamente cualquier tipo de experimento.
Y para concluir, para que la materia tenga un comportamiento,
ya sea determinado o no, la continuidad y discontinuidad de la misma definen si
es indivisible hasta cierto punto, o divisible y encontrar algo cada vez más
pequeño y probablemente extraño. También mediante estas características es
posible llegar a descubrir cualidades cuantitativas y cualitativas, lo cual se
ha hecho, permitiendo así en reacciones químicas saber cómo se está comportando
la materia, transformándose; un ejemplo seria la molécula de agua (H2O), gracias
a los conocimientos de continuidad, se puede dividir en dos átomos de hidrógeno
(H2) y un átomo de oxígeno y de esta forma con los átomos disociados esta
molécula pierde sus propiedades y ya no sería una molécula de agua; y si
queremos, podríamos seguir dividendo estos átomos y obtener algo mucho más
pequeño como partículas subatómicas (electrones, protones y neutrones), u
obtener gran cantidad de energía gracias a esto; pero si se quiere y dispone de
los medios necesarios se podría dividir aún más estas partículas subatómicas,
obteniendo por ejemplo, con la división de un neutrón, los quarks.
Como ya se mencionó, la identificación de la continuidad o
discontinuidad de la materia es importante porque permite saber cómo funciona
la materia y así llevar a cabo grandes logros benéficos o perjudiciales para la
sociedad, y aparte de eso, aportar conocimientos que logren responder la gran
incógnita del origen de todo lo que nos rodea.